Fiat Lux (Segunda Versión)

Extracto del informe de actividades
Presentado por sir Owen de Newcastle
Dirigido a su Eminencia Cardenal Krozen
Re: Recuperación del Couatl de Cristal

Primer Sul de Nymm, 998 YK


(...) Habiéndome reunido con el grupo asignado a la misión en la Capilla de la ciudad de Stormreach, nos encontramos con un grupo de mercenarios recabando información sobre el mismo objeto de nuestra misión, lo que no sólo nos pareció sospechoso, sino también potencialmente peligroso.



Si bien su Eminencia nos había facilitado un mapa para orientarnos a nuestro destino, todos los guías locales nos advertían sobre una tal "Maldición del Viajero", la misma que podría hacer que nos perdiéramos en el interior de Xen´drik. Es creencia de su servidor que tal maldición no es más que una leyenda urbana local que tiene como único objetivo garantizar clientela crédula en sus viajes al interior del continente.



Tras rentar un navío (véase apéndice de gastos, anexo E) para recorrer La Hidra hasta las afueras de Pra´xitek, tuvimos que acampar para recuperar fuerzas gastadas en remar y defendernos de animales salvajes. Sin embargo, nuestro descanso se vio interrumpido cuando Amira nos advirtió de la cercanía de los mercenarios, que nos seguían los talones. Es así que pudimos arribar a las pirámides de Pra´xitek antes del amanecer, adelantándonos a ellos. Al llegar, he de admitir que dudamos, pues, a diferencia de las instrucciones recibidas, nos encontramos con dos pirámides menores y no sólo una (veáse apéndice de actualización geográfica, anexo F). Y éste podría calificarse como mi gran error. A sabiendas que los mercenarios nos seguían de cerca, decidí dividir el equipo en dos. Greyhawk nos haría saber si alguien apareciera cerca de la pirámide a la que entramos Amira y yo, mientras que Goldmane haría lo propio con la de Rikard y Trelannor.



(...) Amira y su servidor encontramos con algunas dificultades la Sala de Cristal (véase apéndice de sugerencias, anexo J). Deducir cuál de todas las estatuas era la verdadera fue lo que más tiempo nos consumió, pero salimos victoriosos de la prueba con el valor que la Flama había ayudado a encender en nuestros corazones. Estábamos a punto de abandonar la pirámide cuando Amira escuchó a Greyhawk dar la señal de peligro. Ni bien vimos la luz del día, el grupo de mercenarios adoptó posiciones ofensivas, pero mantuvimos un equilibrio forzado hasta que una flecha enemiga acabó con Greyhawk. A continuación, el combate comenzó sin cuartel. Rikard y Trelannor vinieron a unírsenos tan pronto como pudieron, y si bien estábamos estableciendo las bases para una victoria, las cosas empezaron a salirse de control. Amira fue la primera en caer, y a ella siguió Trelannor. Rikard decidió sacrificarse ofreciendo a Goldmane para que yo pueda salir con vida. Disparos a traición hirieron de muerte a Goldmane, y ante la ominosa vergüenza de ceder la preciada reliquia a tan inmerecedoras manos, ofrecer mi vida en vano me impediría retribuir el daño hecho a Nuestra Iglesia.



Semanas después es que he podido regresar a Stormreach y tras ser atendido por el Alto Clérigo, le escribo este reporte, solicitando se me asigne un nuevo grupo élite del Argentum con el cual pueda recuperar el Couatl de Cristal.



Su servidor,

Sir Owen de Newcastle
Primera Orden al Valor
Legión Boros - Argentum

Fiat Lux (Primera Versión)

Extracto de la entrevista realizada por Regalus Glitterdust a Amadeus Wolfgang, publicada en la Crónica de Korranberg.

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Regalus Glitterdust: ¿Qué impresiones le dio su visita a Xen´drik?
Amadeus Wolfgang: Bueno, significó muchos problemas para el grupo desde que llegamos. Es ofensivamente salvaje. Es casi como si toda la tierra quisiera expulsar de sus bordes a todos y cada uno de los visitantes.



RG: ¿Diría entonces que fue un mal viaje?
AW: Al contrario. Me fascina ese continente. Desde cierto punto de vista, se parece mucho a mí porque de una forma u otra hace siempre su voluntad.


RG: ¿Qué aventuras vivieron "Los Recuperadores"?
AW: Arribamos al lugar sin pistas, mapas ni guías, por lo que el inicio de la aventura no era de lo más auspicioso. Todos estaban desconcertados cuando llegamos a Stormreach, pero rápidamente los puse a investigar el paradero del objeto que buscábamos, sobre el cual prefiero no entrar en detalles. Son buenos muchachos, pero necesitan algo de orden.


RG: ¿Algo de "orden"?
AW: Te lo diré así: Para variar, fui yo el que encontró al historiador que sabía sobre este objeto, y fui yo quien se hizo con el mapa que nos guiaría hasta él. El resto del grupo tuvo un encuentro con un grupo de fanáticos religiosos que buscaban lo mismo que nosotros. Los lideraba un tal Bowen, haciendo alarde de su rango. Un plomo, según me dijeron.


RG: Por primera vez les salió al frente algo de competencia.
AW: Nada. Los chicos estaban preocupados. Sobretodo porque camino a la pirámide nos encontramos con una de sus espías, pero es entendible su falta de temple se debe a su falta de alcurnia. Lo preocupante es que mi primo tuvo una reacción similar. Tal vez hubiera debido hablar con él.


RG: ¿Y qué pasó con esta espía?
AW: En realidad nada, al hablar con ella me di cuenta que era una elfa agradable. Lamentablemente estaba del otro lado. Fue tan amable que me dio un pequeño souvenir que no viene al caso.


RG: Díganos, ¿qué tan cierta es la "maldición del viajero"?
AW: Es una patraña. Nuestro viaje no tuvo nada de extraño.


RG: ¿Cómo recuperaron el Couatl de Cristal?
AW: Cuando llegamos a las pirámides que nos dijo el historiador del que te comenté, nos percatamos de unas huellas yendo hacia una de ellas. Tanya sugirió que las siguiéramos, pero a mí me parecía obvio que se trataba de una trampa. Hice algunas búsquedas y fácilmente determiné que lo que habían hecho nuestros rivales era separarse en dos grupos, en uno de los cuales iban un rastreador que borró sus huellas.


RG: ¿Y cómo supieron entonces a cuál de las pirámides entrar?
AW: Era obvio que ellos no tenían idea, pero nosotros, los tocados por el destino solemos tener un sexto sentido para estas cosas. Así que decidí ir a la pirámide que no tenía huellas. Para saber si estaba en lo correcto, nuestro enano le pidió ayuda a su santo patrón, pero sólo corroboró lo que yo ya había decidido.


RG: ¿Y qué pasó dentro de la pirámide?
AW: Encontramos el Couatl, por supuesto. Tengo que reconocer que dentro el equipo se comportó muy bien. Tdoos cumpliendo su función, sobretodo el marinero este... Asbesto... Atrasco...


RG: ¿El Capitán Albatros?
AW: ¡Ese mismo! Dedujo muy bien cómo desactivar las trampas sin que nos pasara nada. Felizmente lo empujé antes de que la estatua de Arquis Tellor lo alfileteara.

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RG: ¿Arquis Tellor?
AW: Según descubrimos, es un arquero legendario por esas tierras. Su historia es bastante interesante, pero tendremos que dejarla para otra ocasión.


RG: ¿Por qué?
AW: Porque tengo que contarte cómo derrotamos al tal Bowen y sus ladrones cuando nos emboscaron al salir.


RG: ¿Qué sucedió?
AW: Justo en la puerta nos vimos flanqueados por estos desdichados seres. Tanya recibió un felchazo de la arquera de Bowen. Aquélla que había sido tan gentil conmigo cometió su único error: atacar a una amiga mía. Todos fuimos víctimas de los ataques traicioneros de estos tipejos, pero una vez que Alapar cubrió la retaguardia y Albatros y yo la cima de la pirámide, todo concluyó. Dejamos a Bowen para el final. Derrotado como estaba, lo hicimos deponer sus armas y huir derrotado. Fue un acto magnánimo de nuestra parte porque luchó con hidalguía, pero en vano.


RG: ¿Y es cierto que hubo heridos entre los Recuperadores?
AW: Es mejor no decir nada sobre mi primo, Vonn Ludwig, para no dañar su reputación. Solamente comentaré que su participación no fue necesaria para derrotar a nuestros adversarios.


RG: Entiendo. Sin embargo, no logro entender por qué dejaron ir al tal Bowen.
AW: Sencillo. No hay nada peor para alguien tan vanidoso y orgulloso como él que vivir en la vergüenza.


RG: ¿Y no teme encontrárselo otra vez?
AW: Estoy seguro que buscará venganza, pero Los Recuperadores no somos un grupo fácil de derrotar. Y créeme: estamos esperando preparados su regreso.