Piratas del Mar de Lhazaar :: La Maldición de la Perla Azul (Primera Parte)

Extracto de la correspondencia enviada por Tanya Denari a un destinatario no especificado, pero que reside en una lujosa mansión en las campiñas de Thrane.

Tras haber conseguido el "Weatherlight", encargado por Amadeus (quien está petrificado temporalmente, esperemos), y recogido por Vonn, de la Casa Lyrandar; llegamos a los principados Lhazaar, donde acompañando a Alquimio recorrimos Regal Port preguntando por los avistamientos del "Aundairiano Errante", la leyenda del barco fantasma.

Mientras nos encontrábamos en los muelles, el Weatherlight fue atacado por Fauces, un pirata were-shark y su tripulación de criaturas anfibias. Debido a que en el Weatherlight sólo se encontraba Malena para defender el barco, se activó una autodefensa de teletransportación; de manera que cuando logramos llegar al barco este estaba desapareciendo y no pudimos ir con él.

A pesar de que llegamos en bote y la mayoría decidió subir al Weatherlight semi-translúcido, que terminó de desaparecer durante el combate y todos los que estaban en el barco cayeron al mar, logramos vencer algunos y hacer huir a otros, y Fauces entre los que lograron escapar. Cuando todo se calmó nos dimos cuenta de que en el transcurso del combate, Fauces mordió a Alquimio, por lo cual supusimos que lo había contagiando de licantropía (adquirida por un experimento de Mordain), pero no quisimos esperar hasta la luna llena a ver si nuestras congeturas eran ciertas.

Mientras Olis y Alquimio investigaban la forma de curar al pirata Batros, se enteraron de que algunos miembros de la Flama de Plata estaban en Regal Port, y luego de conseguir el ingrediente principal para el ritual de curación, necesitaban alguien para que lo llevase a cabo. Así, volvieron a la taberna donde nos quedábamos y luego de dejar al capitán Alquimio Batros, Olis Malvekian (disfrazado de mendigo) se dirigió a pedir ayuda a la Flama de Plata, a pesar de la absoluta negativa -tardía- de Alapar. Olis explicó el mal que aquejaba, procurando no mencionar el nombre del afectado, sino hasta después de que el acuerdo estuvo realizado.

Y aquí es donde tú y Sir Owen cerraron el trato para ayudar a Olis y tan sólo entonces se mencionó el nombre de Alquimio Batros, causando una efusiva respuesta por parte de Sir Owen. Felizmente lograste llegar a un acuerdo entre todos para calmar los ánimos de tu compañero y al mismo tiempo cumpliendo con el favor prometido... después de todo, la Flama de Plata venía a luchar y acabar con Fauces.

Mientras tanto, Vonn Ludwing recibe un mensaje de Malena, donde le explicaba la desaparición del barco y anunciándole que llegaría a Regal Port en 5 días.

Por lo que supe después, te dirigiste a la taberna donde explicaste el procedimiento para llevar a cabo el ritual de 3 días para curar a Alquimio, en los que ni Alquimio ni la sacerdotisa que llevaría a cabo el ritual podrían comer nada. Además claro del método que se usaría en el ritual (detalle extra que tuvo que acordar con Sir Owen para poder calmar sus ansias de venganza contra el grupo).

Vonn se preparó para el siguiente enfrentamiento con Fauces, y compró una daga de plata alquémica que le entregó a Alquimio luego del penoso ritual por el que tuvo que pasar (desnudo, alfilereado por todas partes y en ayuno durante 3 dias).

Al día siguiente del ritual, el Weatherlight apareció en el puerto de Regal Port, con Malena a bordo junto con 6 jovencitas más, que luego explicó que eran sus hermanas menores, y una de las razones por las que se había tardado en regresar, pues eran la nueva tripulación del barco volador. El otro motivo de la tardanza era que había estado aprendiendo los secretos del Weatherlight, explicados a ella por la Casa Lyrandar.

Entre el Basilisco y la Pared (Segunda Parte)

...Alapar Macalat tenía el vaso a menos de un centímetro de su boca, pero no lo bebía, estaba recordando, y eso requería concentración. “Para ese momento ya teníamos ubicada Antigüedades Curio, que no era más que un viejo edificio abandonado. Hasta encontramos un guardia afuera, que por otro montón de piezas de oro soltó la lengua y nos contó la rutina, últimas reuniones y helados favoritos de los miembros de la Sombra Envenenada que frecuentaban aquel lugar.”

“Y lo más gracioso es que ni siquiera era un guardia, era Olis Malvekian,”

“¿En serio?” sacudió la cabeza el gurrero como saliendo de un trance, “¿Olis? ¿Olis-queado?”

“El mismo, y no nos ha querido devolver el dinero. ¿Cómo es que nunca te enteras de estas cosas?” dijo el pirata negando con la cabeza y riendo un poco, su primera risa desde que habían llegado al Rincón de Freddy.

“Ya decía yo que me parecía conocido. Pero bueno, para lo que nos sirvió la información, igual no atrapamos a nadie,” y ahora sí tomó su vaso de salasta, secándolo nuevamente. “Y eso que hicimos todo como debíamos: esperamos hasta que diera el tercer día que decía la carta y emboscamos a estos cuatro sujetos en el segundo piso de Antigüedades Curio.”

“Una era una chica,” acotó Alquimio Batros mirando alrededor a la gente del local. Se acababa de dar cuenta de que estaba bastante lleno, bastante más de lo que hubiera esperado para ser mitad de semana.

“Tú sabes que a mí me da lo mismo… jejeje, ¿te acuerdas como reventamos a esos dos de la derecha?” dijo Alapar inclinándose sobre la mesa de forma cómplice, casi botando su vaso y la botella.

“Jajajajajaja… Tiraste a uno contra las cajas y se enredó, no podía levantarse,” Albatros reía ahora sí de buena gana, se estaba animando.

“¡Y cuando Wolfgang se bajó al que trataba de escapar por la ventana!” recordó entusiasmado el viejo soldado, “tanto se lo bajó que lo tiró a la calle. Pobre diablo…” pero entonces guardó silencio un segundo, “pobre warlock,” terminó de decir con la voz triste, el entusiasmo se le había acabado de repente.

Albatros no dijo nada, no había mucho que decir en una situación como esa. Él más que nadie sabía lo que era perder a alguien de su tripulación y se había prometido no dejar que pase otra vez.

“¿Pero cómo es que terminamos en esa cloaca?” rompió el silencio Alapar, como queriendo cambiar de tema.

Albatros tomó aire, lo sostuvo un instante y lo soltó, luego respondió. “Wolfang vio unas figuras moverse en el primer piso, pero para cuando nos avisó y bajamos ya no estaban,” trataba de concentrarse en lo que había pasado para no pensar en todo lo demás. “Creímos que era el resto de la Sombra Envenenada que llegaba a su guarida, por eso cuando vimos la trampilla del primer piso abierta lo primero que se nos ocurrió es que habían escapado por ahí.”

“Y los dibujos en las paredes…”

“Los dibujos estaban desde el principio. Al parecer eran runas.”

“No parecían tunas. Y si pues, podían haber escapado por la trampilla o la calle. Era solo cuestión de tomar un camino. ¿Pero por qué siempre nuestros caminos terminan así?” Alapar empezaba a molestarse otra vez, “y eso que rompiste la trampilla para que no nos encerraran. Pero no contamos con que bajaran las cajas y la mesa del segundo piso para bloquear nuestra salida. ¿No había quedado alguien cuidando?”

“No,” fue lo único que dijo Albatros por unos segundos, como si se repitiera algo a sí mismo un par de veces para recordarlo, solo entonces continuó, “Tanya no bajó con nosotros, pero ella había dicho que los iba a perseguir por la calle.” Finalmente terminó resignado, “nadie se quedó cuidando.”

“Pues nos la buscamos entonces. Aunque quien iba a pensar que no eran las cloacas de la ciudad sino esa ‘complicada red de túneles que interconectaban las diferentes guaridas de la Sombra Envenenada y donde, además, lanzaban a sus enemigos para que el basilisco los convirtiera en piedra o los devorara’”.

“Te la aprendiste de memoria,” dijo el pirata con algo que pareció ser una sonrisa, pero que no le alcanzó. “Pero es verdad, no me esperaba encontrar un basilisco ahí.”

Alapar pareció entonces perderse en su recuerdo. “Esa sí que fue una pelea. Con cada mirada de esa bestia quedábamos peor. Había que ser muy duro para soportar sacarse esa magia de encima.”

“Primero nos frenaba, después nos inmovilizaba, para al final…” Albatros no siguió, se sentía incómodo recordando todo eso.

“Por suerte pudimos acercarnos lo suficiente como para molerla a golpes. No aguantó tanto, aunque se llevó a uno de los nuestros y eso es más de lo que cualquier otro haya logrado hasta ahora.”

“Encontraremos la forma de despetrificar a Wolfgang,” dijo Alquimio Batros sin demasiada convicción, como por reflejo, “no te preocupes, Giff ya está en eso,” pero ni siquiera él se la creyó.

“Y por si eso fuera poco Giff se pone como loco, gritando, pataleando y tirando cosas al piso, cuando regresamos no con uno sino los dos ojos del Basilisco.” El último de los Macalat se recostó en el respaldar de la silla y cruzó los brazos sobre el pecho, resoplando por la nariz, como si no entendiera. Seguro no lo hacía.

“Giff esperaba que le lleváramos una gema o algo así,” explicó Alquimio Batros acomodándose en la silla, ya llevaban un buen rato ahí y quería irse, “un objeto mágico. No le hizo ninguna gracia que le diéramos los ojos del monstruo, con eso al parecer no se puede despetrificar a nadie. Por suerte Olis había copiado las runas cuando entró al edificio, eso pareció calmar a Giff, él cree que pueden ser la clave del misterio.”

“La suerte fue que Olis regresara al edificio y nos sacara de las cloacas, y que se quisiera unir a nosotros creyendo que también buscamos al forma de despetrificar gente.”

“Ahora lo hacemos, de manera indirecta al menos,” se dijo a sí mismo en voz alta el pirata, luego se dirigió de nuevo a su compañero. “Yo lo que me temía es que tuviéramos que mecharnos a Giff. Ese gnomo parece peligroso, y lo pareció mucho más esta mañana.”

“Pero Giff está ahora camino a la torre de Mordain para que lo ayude a descifrar las runas,” dijo Alapar intranquilo, “qué va a pasar cuando se entere de que nunca le dejamos su libro de rituales.”

“Nos va a querer matar. No nos tiene en mucha estima por lo del basilisco, el libro podría ser fácilmente la gota que rebalse al gnomo. No va a ser un buen momento para estar en Sharn cuando regrese…”

“Si regresa…”

“Creo que es hora de abandonar la Ciudad de las Torres,” dijo Alquimio Batros poniéndose de pie, “y conozco el lugar perfecto para desaparecer por un tiempo.” Un nuevo brillo iluminó los ojos del pirata, iba siendo hora de volver a casa.

Entre el Basilisco y la Pared (Primera Parte)


“Entonces, Giff nos da este nuevo trabajo,” dijo Alapar Macalat después de tomar un buen trago de salasta y poner su vaso de nuevo en la mesa, “teníamos que recuperar este dichoso ojo del basilisco, porque por algún motivo cuando lo usan para convertirte en piedra ya nadie puede desconvertirte después. ¿Pero cómo llegamos aquí? Yo no entiendo…” y la dejó ahí. Alapar Macalat usualmente no entendía nada, pero no se hacía bolas. Alquimio Batros solo miraba a su amigo desde el otro lado de la mesa, en silencio. No se sentía demasiado comunicativo aquella noche. Los dos recuperadores habían ido a tomar unos tragos al Rincón de Freddy, una cantina del distrito de tabernas de Sharn, para zafarse un rato de la tensión que reinaba en el grupo. Pero el viejo soldado no se refería a eso cuando se preguntó cómo habían llegado ahí.

“Giff nos dio la pista,” habló por fin Albatros, que se la había pasado callado desde que llegaron, “dijo que una organización criminal, la Sombra Envenenada, parecía estar detrás de todo,” y volvió a guardar silencio.

El guerrero miró su vaso de salasta en la mesa por unos segundos, lo tomó y apuró lo que quedaba en él, al menos tres cuartos de vaso. “Y al bardo loco no se le ocurre mejor idea que aprovecharse de la información y contacta a la Sombra Envenenada para que se carguen su primo, por esto de la línea de sucesión Lyrandar…”

“Técnicamente,” intervino Alquimio Batros que volvía a ver la cara de confusión en su compañero, “él no quería que se lo carguen, era solo la coartada para ponernos en contacto con la Sombra.”

“Pues que mal le salió. Además, como puede ser que le manden una nota en un papel negro, dentro de un sobre negro, pidiéndole que vaya a Antigüedades Curio cuanto antes, SOLO, y le haga caso. ¡Hay que estar bien loco! ¡Y como se supone que sepamos dónde queda Antigüedades Curio!” dijo el último de los Macalat tomando su vaso nuevamente, solo para darse cuenta que ya no quedaba nada en él. Albatros cogió la botella y le sirvió un poco más, pero su compañero devolvió el vaso a la mesa, estaba indignado.

“En Aundair, ahí es donde pasó todo, ¿recuerdas?” comentó el ex-capitán de la Zaarita, como quien no quiere la cosa, “aunque nadie lo sabía en ese momento. Tuvimos que bajarle plata a medio Sharn para enterarnos. Solo para que Giff fuera quien nos lo diga. Ese gnomo se las trae, no quiero estar aquí cuando vuelva,” terminó de decir Albatros con tono preocupado. Había muchas cosas de que preocuparse de un tiempo a esta parte.

“Y se fue a Aundair así nomás,” continuó despotricando el guerrero, “con su boleto del expreso de oriente, sus maletas y todo. Se olía a leguas que era una trampa e igualito se subió al tren.”

“En su defensa, debo decir que él pidió refuerzos para el tren y que aún no sabíamos que se tratara de una trampa.”

“Nadie debió subirse a ese tren…” empezó a decir Alapar cuando vio que la botella de salasta ya estaba vacía, así que llamó al cantinero para que les trajera una más, la tercera de la noche. El cantinero trajo la botella y el guerrero sirvió solo su vaso, el del capitán seguía lleno. “Yo no entiendo…” y la volvió a dejar ahí.

“A las pocas horas llegó el otro sobre negro, otra vez con un papel negro dentro, que decía que tenían a Vonn d’Lyrandar y que si Wolfgang no iba a Aundair en tres días (que coincidencia, justo lo que le tomaría a Vonn llegar), lo matarían,” explicó Alquimio Batros con de la forma más pedagógica que pudo. Ya se había resignado a que no podría callar toda la noche. “Solo entonces nos dimos cuenta de que se estaban cubriendo las espaldas: Si Amadeus iba solo y lo convertían en piedra, le cobraban a Vonn el trabajo. Si el warlock no aceptaba y convertían a su primo en piedra, podían tratar de cobrar a Amadeus por una prueba para que la presente a la casa Lyrandar.”

“Y claro, Wolfgang bien gracias. Porque esos primos son la cagada. A él que le importa que le den vuelta al bardo loco. Total, también le limpian la línea de sucesión.”

“Pero al final nos acompañó a Aundair para salvar a Vonn…” y Alquimio Batros se detuvo, ese había sido justamente uno de sus principales problemas, “…y ese fue justamente uno de nuestros principales problemas. Tuvimos que pagar que me teletransporten a una de las paradas intermedias entre Sharn y Aundair del expreso de oriente, para que aborde y le advierta a Vonn. Pero además tuve que bajar en la siguiente estación y teletransportarme a Aundair desde ahí, para encontrarme con ustedes que habían hecho lo mismo desde Sharn. ¿Tienes idea de cuánto le costó a Giff toda esa gracia? La casa Orien hizo su Barrakas con nosotros.”

Alapar Macalat tenía el vaso a menos de un centímetro de su boca, pero no lo bebía, estaba recordando, y eso requería concentración. “Para ese momento ya teníamos ubicada Antigüedades Curio, que no era más que un viejo edificio abandonado. Hasta encontramos un guardia afuera, que por otro montón de piezas de oro soltó la lengua y nos contó la rutina, últimas reuniones y helados favoritos de los miembros de la Sombra Envenenada que frecuentaban aquel lugar.”

Continuará...

Asesinato en el Expreso de Oriente


Mientras las labores diplomáticas de Olivier Reinhardt en Sharn para disminuir la fricción política entre Thrane y Breland se veían reforzadas con la devolución por parte de Adquisiciones Rapelje del misterioso Couatl de Cristal, los Recuperadores tenían entre manos un asunto pendiente esperándolos en su cuartel general. Una misiva anónima aseguraba que su autor tenía pruebas sobre la responsabilidad de lord ir´Roukern en el intento de robo de la Pluma del Ángel y la posterior emboscada a su hijo para hacerlo parecer culpable. La carta indicaba además que las pruebas serían entregadas sólo a alguno de los Recuperadores presentes en dicha ocasión y a bordo del Expreso de Oriente.

El primer problema era el paso por Thrane, territorio por el que pasa el Expreso. El segundo era que los únicos recuperadores presentes que siguen formando parte del grupo son Amadeus Wolfgang y Tanya Denari, por lo que los demás formarían una suerte de "equipo de respaldo".

Afortunadamente para todos, el autor de la carta reconoció a ambos a bordo, y los guió hacia el vagón económico, donde había escondido las pruebas. Sin embargo, no todo sería tan fácil, pues los otros pudieron notar que habían otros interesados en el intercambio. Otros que, para empeorar la situación, podían hacerse pasar por otras personas.

Al notarse mutuamente, la pelea empezó. Los pasajeron procuraban alejarse del centro del carro, pues Tanya ya había sacado su arco. La oscura magia de Wolfgang rodaba a su alrededor, y ante la amenaza, los intrusos rodearon rápidamente al testigo. Uno de ellos lo agarrotó, obligándolo a entregarle las pruebas mientras tomaba su forma para confundir a nuestros héroes. Otro de ellos, tomando las pruebas, salió por la parte posterior del carro, lanzando una señal, aparentemente anunciando su éxito y esperando su recojo. Mientras Alapar defendía a los otros miembros del grupo, Alquimio se lanzó en persecución del asesino, lo que lo llevó al mismo techo del Expreso.

Cuidando bien el equilibrio, Alquimio pronto notaría por qué su idea no había resultado muy buena: los arcos elementales se sucedían unos a otros en una mortal danza que los obligaba a mantener un seguro equilibrio para evitar una muerte igual de segura. Lo que sucedió en esos instantes sólo fue atestiguado por el mismo Batros, que se deshizo del enemigo precisamente con la ayuda de los arcos elementales.

No obstante, las cosas abajo en el vagón no eran esperanzadoras. Si bien se las habían arreglado para acorralar al otro asesino, éste había destruido las pruebas encendiéndolas en fuego. Tras eliminar la amenaza, los Recuperadores se quedaron con las manos vacías, sin poder demostrar la culpabilidad de Lord ir´Roukern.

Sólo faltaría regresar a Sharn y hacer frente a la crisis ocasionada durante su estadía en Xen´drik...


Seis Pecados (Epílogo)

Comentarios al extracto del diario de Vonn Ludwig, aparecido en un reportaje especial de la Crónica de Korranberg, por Kendra Davasios (*); extraído de la "Khorvairian Geographic" Nº 72.

En mi amplia experiencia, muchos detalles en el relato proporcionado por el señor Vonn Ludwig proporcionan indicios que levantan una sospecha razonable sobre las actividades del popular grupo conocido como "Los Recuperadores". Las hazañas de dicho grupo de mercenarios han sido continuamente ensalzadas a través de la Crónica de Korranberg, llegando incluso a convertirse en periódicas apariciones cuyo clímax fue alcanzado en la triste crisis internacional entre Breland y Thrane que los tuvo como causantes y protagonistas. He aquí las razones por las que el relato al que me refiero ha levantado mis sospechas. De más está añadir que dedicaré mayores esfuerzos a investigar con más profundidad a este grupo de aventureros, lo que espero concientizará a los padres de jóvenes lectores para que no endiosen indebidamente a figuras de dudosa calidad moral tales como "Albatros" o "el Capitán Karrnath".

Para nosotros los entendidos en las diversas manifestaciones sociales, no es sorprendente que Stormreach, con su amplia diversidad cultural, haya desarrollado un mito urbano como el de "El Visitante". Vonn Ludwig nos muestra una versión que explicaría la desaparición de exactamente seis personas extrañas una vez al año en el sexto día del sexto mes. La explicación resulta lúdica, épica y hasta consistente... De no ser por dos factores que expondré a continuación. Primero, debo enfatizar que se trata de un mito urbano. Lo que caracteriza este tipo de relatos es precisamente su carencia total de pruebas que demuestren fácticamente su existencia. En este caso, resulta muy conveniente que quienes desaparecen son siempre extranjeros: ¿cómo es que la población local tiene la certerza de que desaparecen sin dejar rastro en manos de "El Visitante"? Siendo nuevos en la localidad, es más natural que simplemente hayan decidido regresarse sin tener la necesidad de comunicar tal hecho. La densidad poblacional de Stormreach y su característico movimiento migratorio, acompañados de las motivaciones de sus visitantes (en muchas ocasiones fugitivos de alguna justicia continental) apoyan el hecho de que puedan ser seis (quizás más, quizás menos) las personas no conocidas que abandonan simultáneamente el lugar en una sola noche. Segundo, el relato de Ludwig es protagonizado por un misterioso y tétrico "culto de los seis oscuros". Pero siendo que la leyenda se refiere al sexto día del sexto mes, entramos en una contradicción simbólica más importante: Es de mi total convencimiento que Ludwig no sabe mucho de simbología religiosa y mucho menos del cálculo calendario de religiones tan antiguas como es la de los Seis Oscuros. El calendario usado por este culto desde el Cisma que los separó del Anfitrión Soberano no coincide con el calendario galifarino, cuyo sexto día del sexto mes se transforma sin demasiada exactitud en el segundo día del octavo mes.

Las ambiguas descripciones de Ludwig hacen hincapié solamente en el elemento escultural de las cadenas, un conocido motivo de la arquitectura religiosa dedicada a los Seis Oscuros, y que simboliza la atadura a los vicios que éstos pregonan. Resulta curioso, sin embargo, que Ludwig no mencione los colores que acompañan dicho detalle (claro que estoy segura que, de ser interrogado al respecto, "recordará" rápidamente los colores que adornan el no tan conocido símbolo de los Seis, el mismo que pudo haber visto en la única iglesia pública dedicada a ellos: da la casualidad que éste se encuentra en Stormreach). No contento con elaborar su enfrentamiento a un clérigo supuestamente animado por algún poderoso uso de nigromancia, Ludwig añade un nuevo peligro dentro del monasterio: un dragón negro. Si bien es cierto que los miembros del Anfitrión Soberano son representados ocasionalmente por una variedad de dragones, esto no sucede con su contraparte maléfica. De hecho, cada uno de ellos tiene representaciones específicas que tampoco son mencionadas por Ludwig en su relato (nuevamente estoy segura de que de ser cuestionado al respecto, "recordará" haber visto estatuas de, digamos, un tiburón, un ser obeso, una efigie de obsidiana, u otras representaciones conocidas de los Seis Oscuros). La presencia de este dragón (de ser cierta, por supuesto) me hace pensar que Ludwig confundió un culto de los Seis Oscuros por uno del Dragón de Abajo, aunque la ubicación geográfica de los incidentes (no descrita por Ludwig, pero deducida por quien escribe gracias al importante detalle de la presencia de los Islecarn, a quienes conozco personalmente) hace que me incline por negarle también esa posibilidad.

Tras el dragón, Ludwig menciona una inusual población en un monasterio: treinta sujetos armados, además de veinte arqueros en un nivel superior. Los que sabemos de lo que hablamos, podríamos intuir una mentira: bien sobre las cantidades, bien sobre el equipo de dicho contingente. Los monasterios dedicados a los Seis Oscuros tienen exactamente siempre 37 miembros, de los que sólo seis pueden llevar armas, y en ninguno de esos casos son arcos y flechas. Dejaré fuera de cuestionamiento la existencia de un nivel superior, en cuanto si bien es extremadamente raro, hay casos documentados de templos con dicho diseño.

Finalmente, la épica batalla contra el malvado de la historia. Aquél que Ludwig llama "Malfenor" no es sino una reminiscencia quizás de algún texto que haya leído (si acaso sabe leer de veras, claro), pues como sabemos, "el malfenor" es el nombre que recibe un celebrante de misas oscuras. Si hay alguna verdad en ese relato puede ser precisamente cómo se enfrentaron sanguinariamente a alguien sin intentar resolver la situación pacíficamente, recurriendo a afrentas personales y humillaciones para incrementar el ambiente de tensión y violencia. Después de todo, si son responsables de los cargos mencionados en la Encíclica Universal de la Voz de la Flama de Plata que establece su Inquisición Personal, otorgada por la mismísima Dieta de Cardenales en pleno, mencionados como, y cito: "Herejía (...), participación activa y coautoría del asesinato de hombres de fe (...), robo (...), arrogancia, carencia de caridad, deshonestidad y egoísmo", no me caben dudas de que serían capaces del mismo comportamiento otra vez.

Concluyo enfatizando que este tipo de comportamientos es el que inspira la iniciativa del Acta de Registro Épico, de forma que los individuos que no usen sus habilidades y poderes para el beneficio de la sociedad puedan ser controlados por aquellos que sí.

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(*) Kendra Davasios es una reconocida investigadora y catedrática de la Facultad de Estudios de Xen´drik en la Universidad Wynarn, así como miembro activo de la Fundación Wayfinder. Como tal, ha participado de varias expediciones al continente perdido, y ha publicado recientemente "Los Pequeños Secretos de los Gigantes" y "La Clara Verdad sobre los Drows". Además de ser permanente colaboradora de la Khorvairian Geographic, pasa su tiempo libre combatiendo héroes engreídos y es una ferviente defensora del Acta de Registro Épico, una iniciativa presentada ante las Cortes Internacionales de Thronehold para su debate.

Seis Pecados (Tercera Parte)

Continúa el extracto del diario de Vonn Ludwig, heredero de la Casa Lyrandar y miembro aventurero de "Los Recuperadores", publicado en la Crónica de Korranberg en un reportaje especial de Regalus Glitterdust:

El grito del capitán Batros se abrió paso en el salón: "¡RECUPERADORES, ASAMBLEN!"
En dos movimientos tomamos nuestra formación de batalla, la que Alapar nos había enseñado. Un círculo cerrado, cubriendo cada ángulo, donde cada quien cuidaba al de su izquierda desde el muslo hasta el cuello; en el centro Tanya, arrodillada detrás del Capitán, que daba la cara a los enemigos, mientras preparaba su arco, y cuidados del daño detrás de ella los rescatados.
Había tensión, mientras que Thelase sacó la espada de repuesto de Manulin, que le aconsejó: "Deja que nosotros peleemos, no es tu batalla, y debes cuidarte, tu vida no está en peligro, pero cuidado, tus heridas son profundas"; Thelase no planeaba quedarse de brazos cruzados ante esta situación: "Esta es tanto batalla suya como mía ahora, y si no logro salir les agradezco que me hayan traído hasta aquí, esta es la única forma digna de morir".
El capitán Al Batros llevaba una tradición de reírse ante la cara del peligro, tradición que no íbamos a romper ese día, así que nos susurró:
-¿Tanya?
-Preparándome, capitán.
-¿Alapar?
-Se va poner desagradable, no hay duda; pero sólo da la orden.
El capitán se paró desafiante, separando los pies y poniendo sus puños en su cintura, cuando le habló el malvado Clérigo de la secta de los seis oscuros:
-El famoso capitán Batros, de un tiempo a esta parte, lo único que oigo en este pedazo de continente perdido olvidado de los dioses, es tu nombre –el capitán lo miraba desafiante- ¿Qué ocurre? ¿No hay comentarios sarcásticos? ¿No hay amenazas desafiantes? No eres tan rudo ahora ¿verdad? El gran Capitán Al Batros finalmente se queda sin palab…
-CIERRA EL HOCICO Y GUARDA ESA LENGUA VIPERINA DETRÁS DE TUS CHUECAS MUELAS MEQUETREFE –interrumpió el capitán, mientras todos los oponentes se quedaban atónitos–. NO TENGO NI TIEMPO QUE PERDER NI ANIMOS DE PRETENDER QUE TENGO PACIENCIA PARA HACERLO CON UN TIPEJO QUE TAN SOLO ES UN ASNO...
-¿QUE?...
-AUN NO HE ACABADO ASI QUE CALLATE, PARECE QUE ESTOS HOMBRES TE SIGUEN, ASI QUE POR ESO Y PORQUE LLEVO HERIDOS ESTOY DISPUESTO A NEGOCIAR CONTIGO, LIBERA A ESTOS PRISIONEROS Y ASEGURA UN SALVOCONDUCTO PARA MI Y MIS HOMBRES FUERA DE ESTAS TIERRAS; SI LO HACES TE PERDONARE LA VIDA; NIEGATE, Y SERAS EL PRIMERO EN CAER AQUÍ HOY.
-Realmente eres tan arrogante como dicen –gruño casi escupiendo sus palabras por la cólera–. No estás en posición de decirme qué hacer.
-TOMARE ESO COMO UN “NO”. ¡Ahora, Tanya!
En ese momento, Tanya que desde la espalda del capitán tensaba su arco a través de un pequeño orificio de su capa debajo de su hombro izquierdo soltó una flecha que con la velocidad del pensamiento atravesó la habitación clavándose en el pecho del malvado clérigo, el cual ante la estupefacción de todos los seguidores de los seis oscuros cayó del segundo piso hasta el suelo quedándose inmóvil sangrando. "Justo en el blanco", dijo Tanya.
Nuestros enemigos se quedaron inmóviles, sin saber bien que ocurrió. En unos momentos más Alapar, el capitán Batros y Manulin se lanzaron a enfrentar a los enemigos, mientras que Thelase, Malena y yo mismo cuidábamos a Tanya y Amadeus que se encargaban de los arqueros, una táctica de combate que ya muchas veces nos había ayudado antes. Me parece recordar las palabras de Alapar: "si te encuentras rodeado por el enemigo, uno debe actuar primero y romper su formación; para esto creas una distracción con una acción sorpresiva, la cual los despistara y hará que pierdan su iniciativa, después separas el grupo en dos facciones, una que entra rompiendo su formación aprovechando su falta de atención, y otro que cubre la retaguardia y se encarga de los arqueros enemigos, los cuales al ver al grupo partido en dos deberán de improviso repartir sus ataques de forma desordenada y apresurada, dándonos mas posibilidades. Son trucos que aprendí en la guerra..."

Sorprendidos, desmoralizados y sin su líder que dirija sus ataques, los cultistas fueron cayendo, ni siquiera pusieron mucha resistencia, eran más matones, más camorreros que guerreros, algunos incluso huyeron despavoridos; ya pasado el peligro inminente, nos reagrupamos, cuando vi que cerca, el clérigo se comenzaba a retorcer ¡AUN SEGUIA CON VIDA! Alzó su símbolo religioso al capitán intentando lanzar algún sortilegio sin duda, pero con un rápido tronar de mi látigo que alertó a mis compañeros, arranqué su símbolo de su mano. Rápidamente Alapar se acercó, pateó al clérigo para que no se moviense y apuntándolo con su espada dijo: "Aun chilla el perro que está panza arriba, sólo está retorciéndose, pido permiso para acabar con su sufrimiento capitán."
Atinamos a escuchar el malvado seguidor de los seis oscuro: "Alquimio Batros, acércate y déjame verte para al menos poder maldecirte con mi último aliento..." dijo casi susurrando.
"Que sea rápido, Alapar" dijo nuestro capitán antes de dar media vuelta y examinar a los rescatados.
Al salir vimos que aquellos que habían huido habían sido vencidos y apresados por Arek y Mina Islecarn y su tropa que nos esperaba afueras del templo. Con los cultistas prisioneros y la información que les dimos, no tardarían en erradicar el culto de los seis oscuros de Xen´drik; pero ésa ya es otra historia, nosotros a lo nuestro. Con Malena a salvo, sólo debíamos regresar a Sharn; Arek y Mina nos despidieron, lamentando sólo el no poder según ellos, agradecernos apropiadamente, pero nosotros no hicimos esto por agradecimientos, lo hicimos porque en el momento era lo que debíamos hacer. Y asi zarpamos, hacia la ciudad de las Torres y hacia mas aventuras...


Y así concluyeron nuestras peripecias en Xen´drik. Fue un viaje con giros, alzas y bajas, como todo viaje, pero uno que no olvidaremos. Ahora lector, creo que es justo que lo diga, las cosas quizá no fueron exactamente así , quizá no ocurrieron con esa exactitud, pero así es como lo recuerdo y, en todo caso, así es como quiero recordarlo, pero es obvio que deben entender que para el campo literario, libertades históricas y artísticas siempre son tomadas; si quieren saber como ocurrió en verdad, pues sólo lean entre líneas.

Seis Pecados (Segunda Parte)

Continúa el extracto del diario de Vonn Ludwig, heredero de la Casa Lyrandar y miembro aventurero de "Los Recuperadores", publicado en la Crónica de Korranberg en un reportaje especial de Regalus Glitterdust:

Entonces ahí estábamos, entre la espada y la pared, con el peligro recordándonos nuestra mortalidad, con sangre hasta nuestros cabellos y la muerte tras nuestros cuellos. El dragón rugía estirándose y preparándose a atacar y aunque ciertamente era joven para su raza aun así era un formidable oponente, abominaciones seguían surgiendo de las sombras y el ácido entraba cada vez mas recortándonos el terreno obligándonos a retroceder. Me di cuenta en ese momento que ninguno de nosotros fue capaz de ocultar lo que sentíamos, un aire tan denso como la sangre que salpicaba de las heridas creaba una atmósfera... ¿es que acaso comenzábamos a temer por nosotros?

Perdíamos la formación cuando el capitán irrumpió con sus palabras: “NUNCA CLAUDIQUEN, MUESTREN SU CORAJE MIS BRAVOS, SI ESTE ES NUESTRO ULTIMO DIA, VENDEREMOS CARAS NUESTRAS VIDAS…”. Como despertando de un sueño rápido volvimos a la realidad y sacando fuerzas de la flaqueza empezamos el contr
aataque: el dragón, al notar a nuestro líder cargó hacia él primero, a todo trote y con furia, pero esa montaña de odio y aniquilación fue detenida por nuestro compañero Alapar, que al ver la acción, blandiendo su poderosa espada “Matadragones”, legado de su experiencia en combate, detuvo a la bestia en seco: “TENDRAS QUE LIDIAR CONMIGO PRIMERO, DRAGON…”. El monstruo rugió con fiereza, se alzó y rápidamente rehuyó el daño, logrando coger a su contrincante de la cabeza , alzándolo ante nuestros ojos por encima del suelo, hablando en una masticada lengua común: “DISFRUTARE EL ESCUCHAR COMO SE ROMPE TU CRANEO…”, pero antes de que pudiéramos preocuparnos, un rápido blandir de la espada de Alapar destazo parte de las extremidades de la bestia, haciéndola gritar y soltarlo, dándole la oportunidad de atacar de modo aun más fuerte, esta vez al abdomen de la fiera -LOS UNICOS SONIDOS QUE LOGRARAS ESCUCHAR SERAN TUS PROPIOS GRITOS... – le dijo encarando el peligro.

Afortunadamente Tanya estaba en buena posición , junto a mi primo Amadeus, quienes atacaban desde posición elevada, con flechas y hechizos respectivamente; en la ofensiva, el capitán, el Sacerdote Manulin y yo mismo rematábamos a las abominaciones , y una vez acabadas, todos juntos centramos nuestro fuego al dragón que estaba siendo contenido por Alapar; el cuarto ya estaba a más de la mitad de ácido y el monstruo al verse rodeado, logró sorprendernos con un conjuro de oscuridad. Nos distanciamos sin poder evitarlo, la bestia había salido de nuestra vista y nadie lo veía, apenas podíamos ver donde caminábamos, no podíamos defendernos, casi al instante la voz del capitán retumbo: “Manténganse en guardia, prepárense para el siguiente movimiento, listo a atacar a la señal”. Nadie sabia a que se refería ¿Cómo podríamos prepararnos si apenas podíamos ver? Cuando de pronto , aun mas fuerte retumbo la voz de Amadeus: - ¡¡¡¡¡¡AQUELLOS QUe CAMINAN EN LA OSCURIDAD, DEBEN VER LA LUZ !!!!!! Y con ello un gran destello llenó e iluminó el cuarto. Mi querido primo, aprovechándose de uno de los artilugios de los que se había apropiado de modo muy dudoso antes (nunca quise ahondar en detalles sobre sus “adquisiciones”) había lanzado un hechizo de luz de una espada que poseía.

El Dragón fue revelado extremadamente sorprendido , momento que aprovechamos todos para atacarlo al unisonó al grito de “AHORAAA” del capitán; el monstruo no soportó por mucho tiempo. Habíamos escapado de la muerte una vez más, pero ahora el cuarto estaba casi completamente lleno de ácido. Manulin y Alapar subieron encima del dragón, Tanya y Amadeus habían estado a salvo en uno de los salientes de la escalera, mientras que el capitán y yo subimos sobre una estatua, sin saber qué hacer. De pronto me percaté que del agujero de donde entro el dragón, se abría un habitación más grande, y las piedras de los costados evitaban que el ácido entrara.

Hablo el capitán: "Escuchen, creo que podemos escalar al techo y subir por las paredes si encontramos de donde sujetarnos", mientras todos buscaban en las paredes, yo lancé mi látigo enganchándolo del candelabro que colgaba del techo de la habitación. "Afortunadamente capitán, siempre hay más de un modo de hacer las cosas" -agregué mientras me columpie y deje caer en el agujero, caí unos metros antes de darme contra el suelo, después de informar a mis compañeros la seguridad del lugar, me siguieron, sólo para darnos con la sorpresa, de que ahí estaban, amarrados y heridos, nuestra buscada Malena y un hombre hasta entonces desconocido, sin duda, futuras presas del Dragón.


Sin poder contenerme más corté las ataduras de Malena, quien muy agradecida sólo me abrazó: "Sabía que vendrías… , ¿por qué demoraste tanto?" a lo que respondí: "encontramos resistencia, pero nos dio fuerzas la esperanza de volver a verte…". El capitán Batros se aclaró la garganta: "Vonn, creo que tendrán tiempo para ponerse al tanto después, ahora debemos sacar a los prisioneros de aquí". El hombre se identifico como Thelase Pasar, veterano combatiente capturado recientemente por el culto. Nos lamentamos al saber que el compañero de Malena, el capitán de la embarcación en la que llegamos a Xen´drik, junto con otros tres ya habían sido sacrificados.

Este nuevo cuarto tenia puertas y pasillos, así que procedimos a escapar, nuestra prioridad eran los sobrevivientes. Subimos escaleras y pasamos por nuevos pasillos hasta que logramos llegar a la planta principal, ahora solo debíamos salir, corríamos corredores tras corredores, Amadeus daba su observación: "Bueno, debo decir que me asuste por un segundo, pero en verdad no creí que sería tan fácil llegar hasta los sobrevivientes, no fue gran reto", a lo que respondió Alapar: "es un fuerte enemigo Amadeus, lo fácil es entrar, el problema siempre es en el momento en que se quiere salir".

Como tentando al destino y llamando a la mala suerte, abrimos la puerta que sabíamos nos llevaría a la ultima sala antes de salir, y nos encontramos con más de 30 sujetos, cultistas sin duda, armados y encarándonos, además de, desde el piso superior, más de 20 arqueros apuntándonos, con un hombre entre ellos, que vestido con ropa clerical, blandiendo su símbolo sagrado e impío a la vez, nos miraba son sonrisa maliciosa.

"Te lo dije, el problema, siempre viene cuando uno quiere salir…", dijo Alapar.

Seis Pecados (Primera Parte)

Extracto del diario de Vonn Ludwig, heredero de la Casa Lyrandar y miembro aventurero de "Los Recuperadores", publicado en la Crónica de Korranberg en un reportaje especial de Regalus Glitterdust:

Ante los eventos que han puesto a Breland y Thrane al borde de una crisis diplomática no vista desde la Última Guerra, y estando a punto de recibir a uno de los emisarios más destacados de la hermana nación de Thrane, he juzgado prudente publicar la misiva hecha llegar a mi despacho en nombre del mencionado, a fin de ensalzar los aspectos más nobles del grupo acusado de terribles crímenes contra la Fe de la Flama de Plata.

Muy estimado señor Regalus Glitterdust :

Ante todo, mis más afectuosos saludos. Aunque siempre es agradable comunicarse con un caballero de su clase, me veo obligado a decir que el motivo de la presente no lo es. Desde hace unos días, mis asociados y yo hemos estado sufriendo una serie de desavenencias derivadas de cargos y acusaciones que se nos han imputado, al habérsenos llamado “enemigos de la fe” por los miembros de la Iglesia de La Flama de Plata, título que usted puede recordar se nos atribuyó en una de las columnas de “La Crónica de Korranberg”. En ningún momento lo hacemos responsable por lo ocurrido, entendemos perfectamente bien que actuaron según los hechos y las declaraciones publicas; sin embargo debo mencionar que dicho juicio se nos fue dado únicamente por graves mal entendidos y confusiones que llevaron a miembros de la Flama de Plata a tomar nuestros actos a una mala interpretación, terminando en estas lamentables consecuencias.

Ante la siguiente situación he decidido tomar acciones para rescatar nuestro nombre y honor, por lo cual le anexo un breve relato sobre los hechos ocurridos en nuestro viaje a Xen'drik, derivados de nuestros trabajos para “Adquisiciones Rapelje”, esperando que pueda considerarlos de interés para su publicación y permitiendo así que su público lector tenga conocimiento de otras facetas de mis asociados.

Sin más preámbulos…

Había sido un viaje más turbulento de lo esperado, encontrándonos problemas con feligreses bien intencionados aunque impetuosos, aun no sabíamos en que acabaría eso cuando habiendo regresado a nuestro campamento a las orillas de una recóndita playa de Stormreach, nos dimos cuenta de un siniestro acontecimiento que movería nuestros destinos aún más: el dedicado capitán que habíamos contratado para nuestra movilización en el viaje y Malena, su contramaestre, habían desaparecido. Nuestro desconcierto y prisa por salir de esas tierras eran grandes, pero no fue sino por palabras de nuestro líder, el Capitán Batros, que entendimos cuál era nuestro deber: “Malena y su capitán son buenas personas, compañeros que han compartido nuestros objetivos y mejores amigos aun, jamás dejare a nadie detrás, quien desee irse es libre, pero no saldré de este lugar sin ellos” dijo. Cualquiera de nosotros habría preferido la muerte antes de faltar a nuestra unión , así que proseguimos a nuestras investigaciones en los poblados cercanos; fue cuando descubrimos un cuento folklórico que llamó nuestra atención. Al parecer, cada año en el sexto día del sexto mes, desaparecían seis personas en la ciudad, cosa que nos llevó por guía a Sejra Whitebinder, la clérigo del Anfitrión Soberano de más rango en Stormreach. Ella nos informó tanto de la veracidad de esos hechos como de sus investigaciones y sospechas hacia el culto a los Seis Oscuros, pero ¿nos atreveríamos a ponernos en enfrentamientos y acusaciones contra miembros de una religión local? “No haremos acusaciones, pero ciertamente es momento de hacerle unas preguntas al clérigo local de los Seis Oscuros”, dijo nuestro capitán.

Una vez en el templo de los Seis Oscuros, decidimos esperar un momento oportuno y discreto para acercarnos al clérigo, acción acertada ya que éste, al escuchar preguntas sobre este hecho y ver que estábamos solos, reveló su verdadero rostro: el de un vampiro. El no-muerto intentó atacarnos y despojarnos de nuestra libertad y vida pero fue rápidamente sometido por nuestro grupo y al más ligero estímulo, regodeándose en su maldad (como para hacernos sufrir al conocer la oscura verdad) nos dijo todo lo que sabía: seis eran raptados cada mes y llevados al fuerte de Malfenor, en una isla cercana , donde eran sacrificados. Ante tal horror, nuestra sorpresa fue rota con las palabras de un seguidor de Moradin, nuestro compañero clérigo Manulin: “no es el hombre el que habla, es el monstruo en su cuerpo, este no-muerto es sólo el atisbo de alguien que una vez vivió, pero él no pidió convertirse en esto, lo menos que podemos hacer es liberarlo de su sufrimiento, concederle un fin rápido”. Oh, Manulin, cuántas veces tu fe fue nuestro pilar en nuestros momentos de necesidad, cuántas veces fuiste una luz en nuestros días oscuros, y cuán perdidos nos sentimos cuando decidiste seguir tu propio camino, pero ésa es otra historia. Después de darle par al pobre ente que nos dio nuestra última pista, informamos a Sejra de todo, y sin más descanso, nos encaminamos a la isla de Malfenor.

Acompañados por los hermanos Arek y Mina Islecarn, valientes elfos luchadores por la fe del Anfitrión Soberano en Stormreach y 20 valientes elfos, llegamos; sortear el mar bravo hacia la isla y viajar furtivamente hasta el mismísimo fuerte de Malfenor no fue mayor desafio. Para el capitán Batros fue fácil detectar y abrir los cerrojos del fuerte. Decidimos entrar sólo nosotros dejando refuerzos atrás para arriesgar menos vidas. El lugar parecía una edificación sencilla, hasta que nuestra compañera, la elfa montaraz Tanya Denari, descubrió una puerta secreta y un pasadizo oscuro y tenebroso se abrió ante nosotros. Entramos, descubriendo las instalaciones de una especie de monasterio dedicado a la adoración de los Seis Oscuros.

Atravesamos recibidores, escribanías y dormitorios rápidamente hasta que pudimos descubrir un panel secreto. Éste nos encaminaría hacia un pasadizo secreto que parecía rodear y atravesar la instalación completa, pero que terminó en un desnudo cuarto con un agujero en el centro, rodeado de crudas representaciones entre las que destacaban las cadenas.

Quise entrar rápidamente creyendo encontrar a los rehenes cuando Tanya me interrumpió: “¡NO … te pongas delante de mí!”, ojos que podían detectar una mosca a cincuenta pies buscaban enemigos y dedos que acertaron flechas en gotas de roció que caían tensaban un arco, incluso tengo entendido que el nombre de mi compañera deriva de una palabra élfica para “ojo de halcón” o algo así, pero no lo recuerdo con exactitud; cuando Tanya no identificó enemigos, entramos. Llegamos ante un amplio salón con un extraño altar en el centro, aun no sabíamos que pensar cuando de la oscuridad aberraciones aparecieron como de la nada: el momento de defendernos había llegado. La lucha fue difícil y cruda, las aberraciones nos tenían rodeados y nos superaban en número, no fue sino gracias a nuestro defensor, el veterano de guerra Alapar Macalat Nakedsoul, que logramos obtener una formación de ataque y puesto seguros; Alapar, siempre en el frente de la batalla, a menudo he prestado atención a su estilo de combate, intentado analizar sus movimientos, antes de darme cuenta que no son movimientos, es un solo gran movimiento continuo, como una mortal y precisa danza marcial, los reveses de su escudo derribaban a los enemigos, sus ataques destazaban los ataques de los contrincantes, ciertamente, jamás querría pelear contra él; la victoria estaba cercana cuando de pronto, destrozando el altar del centro del cuarto surgió ante nosotros una horrible visión: un dragón negro se alzaba ante nosotros mientras que la escalera que fue nuestra via de llegada se volvió una resbaladilla y comenzó a verter un viscoso y humeante ácido a la habitación, ocupando poco a poco secciones del piso acortándonos terreno.

¿Sería posible? ¿Por azares del destino habríamos llegado directamente al centro más profundo de esa mazmorra?

Fiat Lux (Tercera Versión)


Proclamación
Encíclica Universal de la Voz de la Flama de Plata
Establecimiento de Inquisición Personal otorgada por la Dieta de Cardenales

Flamekeep, Thrane

Considerando:

  1. Que la Encíclica "Fiat Lux" reconoce el valor que para la Fe tienen las imágenes y los símbolos que la representan;
  2. Que entre los mandatos de la Flama, combatir el mal en todas sus formas tiene un lugar preponderante;
  3. Que sólo un voto unánime de la Dieta de Cardenales puede establecer una Inquisición Personal;
  4. Que, de acuerdo al reporte del Cardenal Krozen, director del Argentum, una reliquia de la Fe ha sido profanada y ha recibido el trato de un vulgar tesoro terrenal.
Es que, en la Gran Catedral con sito en Flamekeep se llevó a cabo el Cónclave de San Bayul, en el que tras largas sesiones de debate, la Dieta de Cardenales ha votado y dirimido hasta la unanimidad.

Por consiguiente, a partir de la fecha se declara como enemigos de la Fe a las siguientes personas:
  1. Alquimio Batros, súbdito de los Principados Lhazaar;
  2. Amadeus Wolfgang, heredero Lyrandar; 
  3. Alapar Macalat Nakedsoul, veterano de guerra;
  4. Tanya Denari, guerrera valenar;
  5. Manulin, seguidor de Moradin;
  6. Vonn Ludwig, heredero Lyrandar.
Ellos son acusados de los siguientes delitos, con los indicados agravantes:
  • Herejía, con agravio por profanación de templos y reliquias
  • Participación activa y coautoría del asesinato de hombres de fe, con agravio por tratarse de miembros del clero de la Iglesia
  • Robo, con agravio por uso de violencia y por tratarse de bienes propiedad de la Iglesia
Adicionalmente ha de considerarse como agravantes generales la arrogancia, carencia de caridad, deshonestidad y egoísmo de los involucrados en los hechos denunciados por el Cardenal Krozen.

Conscientes de la gravedad de los cargos expuestos, los tratados de paz de Thronehold, y los lazos de amistad y colaboración que unen a Thrane con el resto de las naciones en Khorvaire, así como la pertenencia de algunos de los acusados a Casas Marcadas, lo que implica la intervención de los Edictos de Korth, la Dieta de Cardenales ha nombrado como su delegado y representante a lord Olivier Reinhard, quien negociará las condiciones de extradición y ajusticiamiento de los trasgresores con la nación que los acoja.

Que la Luz y el Calor de la Flama llene los corazones de todos sin excepción.


Fiat Lux (Segunda Versión)

Extracto del informe de actividades
Presentado por sir Owen de Newcastle
Dirigido a su Eminencia Cardenal Krozen
Re: Recuperación del Couatl de Cristal

Primer Sul de Nymm, 998 YK


(...) Habiéndome reunido con el grupo asignado a la misión en la Capilla de la ciudad de Stormreach, nos encontramos con un grupo de mercenarios recabando información sobre el mismo objeto de nuestra misión, lo que no sólo nos pareció sospechoso, sino también potencialmente peligroso.



Si bien su Eminencia nos había facilitado un mapa para orientarnos a nuestro destino, todos los guías locales nos advertían sobre una tal "Maldición del Viajero", la misma que podría hacer que nos perdiéramos en el interior de Xen´drik. Es creencia de su servidor que tal maldición no es más que una leyenda urbana local que tiene como único objetivo garantizar clientela crédula en sus viajes al interior del continente.



Tras rentar un navío (véase apéndice de gastos, anexo E) para recorrer La Hidra hasta las afueras de Pra´xitek, tuvimos que acampar para recuperar fuerzas gastadas en remar y defendernos de animales salvajes. Sin embargo, nuestro descanso se vio interrumpido cuando Amira nos advirtió de la cercanía de los mercenarios, que nos seguían los talones. Es así que pudimos arribar a las pirámides de Pra´xitek antes del amanecer, adelantándonos a ellos. Al llegar, he de admitir que dudamos, pues, a diferencia de las instrucciones recibidas, nos encontramos con dos pirámides menores y no sólo una (veáse apéndice de actualización geográfica, anexo F). Y éste podría calificarse como mi gran error. A sabiendas que los mercenarios nos seguían de cerca, decidí dividir el equipo en dos. Greyhawk nos haría saber si alguien apareciera cerca de la pirámide a la que entramos Amira y yo, mientras que Goldmane haría lo propio con la de Rikard y Trelannor.



(...) Amira y su servidor encontramos con algunas dificultades la Sala de Cristal (véase apéndice de sugerencias, anexo J). Deducir cuál de todas las estatuas era la verdadera fue lo que más tiempo nos consumió, pero salimos victoriosos de la prueba con el valor que la Flama había ayudado a encender en nuestros corazones. Estábamos a punto de abandonar la pirámide cuando Amira escuchó a Greyhawk dar la señal de peligro. Ni bien vimos la luz del día, el grupo de mercenarios adoptó posiciones ofensivas, pero mantuvimos un equilibrio forzado hasta que una flecha enemiga acabó con Greyhawk. A continuación, el combate comenzó sin cuartel. Rikard y Trelannor vinieron a unírsenos tan pronto como pudieron, y si bien estábamos estableciendo las bases para una victoria, las cosas empezaron a salirse de control. Amira fue la primera en caer, y a ella siguió Trelannor. Rikard decidió sacrificarse ofreciendo a Goldmane para que yo pueda salir con vida. Disparos a traición hirieron de muerte a Goldmane, y ante la ominosa vergüenza de ceder la preciada reliquia a tan inmerecedoras manos, ofrecer mi vida en vano me impediría retribuir el daño hecho a Nuestra Iglesia.



Semanas después es que he podido regresar a Stormreach y tras ser atendido por el Alto Clérigo, le escribo este reporte, solicitando se me asigne un nuevo grupo élite del Argentum con el cual pueda recuperar el Couatl de Cristal.



Su servidor,

Sir Owen de Newcastle
Primera Orden al Valor
Legión Boros - Argentum

Fiat Lux (Primera Versión)

Extracto de la entrevista realizada por Regalus Glitterdust a Amadeus Wolfgang, publicada en la Crónica de Korranberg.

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Regalus Glitterdust: ¿Qué impresiones le dio su visita a Xen´drik?
Amadeus Wolfgang: Bueno, significó muchos problemas para el grupo desde que llegamos. Es ofensivamente salvaje. Es casi como si toda la tierra quisiera expulsar de sus bordes a todos y cada uno de los visitantes.



RG: ¿Diría entonces que fue un mal viaje?
AW: Al contrario. Me fascina ese continente. Desde cierto punto de vista, se parece mucho a mí porque de una forma u otra hace siempre su voluntad.


RG: ¿Qué aventuras vivieron "Los Recuperadores"?
AW: Arribamos al lugar sin pistas, mapas ni guías, por lo que el inicio de la aventura no era de lo más auspicioso. Todos estaban desconcertados cuando llegamos a Stormreach, pero rápidamente los puse a investigar el paradero del objeto que buscábamos, sobre el cual prefiero no entrar en detalles. Son buenos muchachos, pero necesitan algo de orden.


RG: ¿Algo de "orden"?
AW: Te lo diré así: Para variar, fui yo el que encontró al historiador que sabía sobre este objeto, y fui yo quien se hizo con el mapa que nos guiaría hasta él. El resto del grupo tuvo un encuentro con un grupo de fanáticos religiosos que buscaban lo mismo que nosotros. Los lideraba un tal Bowen, haciendo alarde de su rango. Un plomo, según me dijeron.


RG: Por primera vez les salió al frente algo de competencia.
AW: Nada. Los chicos estaban preocupados. Sobretodo porque camino a la pirámide nos encontramos con una de sus espías, pero es entendible su falta de temple se debe a su falta de alcurnia. Lo preocupante es que mi primo tuvo una reacción similar. Tal vez hubiera debido hablar con él.


RG: ¿Y qué pasó con esta espía?
AW: En realidad nada, al hablar con ella me di cuenta que era una elfa agradable. Lamentablemente estaba del otro lado. Fue tan amable que me dio un pequeño souvenir que no viene al caso.


RG: Díganos, ¿qué tan cierta es la "maldición del viajero"?
AW: Es una patraña. Nuestro viaje no tuvo nada de extraño.


RG: ¿Cómo recuperaron el Couatl de Cristal?
AW: Cuando llegamos a las pirámides que nos dijo el historiador del que te comenté, nos percatamos de unas huellas yendo hacia una de ellas. Tanya sugirió que las siguiéramos, pero a mí me parecía obvio que se trataba de una trampa. Hice algunas búsquedas y fácilmente determiné que lo que habían hecho nuestros rivales era separarse en dos grupos, en uno de los cuales iban un rastreador que borró sus huellas.


RG: ¿Y cómo supieron entonces a cuál de las pirámides entrar?
AW: Era obvio que ellos no tenían idea, pero nosotros, los tocados por el destino solemos tener un sexto sentido para estas cosas. Así que decidí ir a la pirámide que no tenía huellas. Para saber si estaba en lo correcto, nuestro enano le pidió ayuda a su santo patrón, pero sólo corroboró lo que yo ya había decidido.


RG: ¿Y qué pasó dentro de la pirámide?
AW: Encontramos el Couatl, por supuesto. Tengo que reconocer que dentro el equipo se comportó muy bien. Tdoos cumpliendo su función, sobretodo el marinero este... Asbesto... Atrasco...


RG: ¿El Capitán Albatros?
AW: ¡Ese mismo! Dedujo muy bien cómo desactivar las trampas sin que nos pasara nada. Felizmente lo empujé antes de que la estatua de Arquis Tellor lo alfileteara.

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RG: ¿Arquis Tellor?
AW: Según descubrimos, es un arquero legendario por esas tierras. Su historia es bastante interesante, pero tendremos que dejarla para otra ocasión.


RG: ¿Por qué?
AW: Porque tengo que contarte cómo derrotamos al tal Bowen y sus ladrones cuando nos emboscaron al salir.


RG: ¿Qué sucedió?
AW: Justo en la puerta nos vimos flanqueados por estos desdichados seres. Tanya recibió un felchazo de la arquera de Bowen. Aquélla que había sido tan gentil conmigo cometió su único error: atacar a una amiga mía. Todos fuimos víctimas de los ataques traicioneros de estos tipejos, pero una vez que Alapar cubrió la retaguardia y Albatros y yo la cima de la pirámide, todo concluyó. Dejamos a Bowen para el final. Derrotado como estaba, lo hicimos deponer sus armas y huir derrotado. Fue un acto magnánimo de nuestra parte porque luchó con hidalguía, pero en vano.


RG: ¿Y es cierto que hubo heridos entre los Recuperadores?
AW: Es mejor no decir nada sobre mi primo, Vonn Ludwig, para no dañar su reputación. Solamente comentaré que su participación no fue necesaria para derrotar a nuestros adversarios.


RG: Entiendo. Sin embargo, no logro entender por qué dejaron ir al tal Bowen.
AW: Sencillo. No hay nada peor para alguien tan vanidoso y orgulloso como él que vivir en la vergüenza.


RG: ¿Y no teme encontrárselo otra vez?
AW: Estoy seguro que buscará venganza, pero Los Recuperadores no somos un grupo fácil de derrotar. Y créeme: estamos esperando preparados su regreso.